Control de humedad con poliuretano espreado
El fenómeno de la difusión
de vapor
El aire interior de los edificios en invierno tiene
una presión de vapor muy superior a la que
existe en el aire exterior. Esta diferencia de
presión de vapor genera un flujo de vapor a
través del cerramiento beneficioso, ya que
contribuye a mejorar la salubridad del
ambiente interior y del cerramiento. Pero es
necesario controlar su intensidad, ya que un
flujo excesivo podría provocar
condensaciones superficiales o intersticiales
en algún punto del interior del cerramiento,
contribuyendo al deterioro del mismo, al
deterioro de materiales adyacentes y a la
proliferación de microorganismos.
Tratamiento de
condensaciones en el CTE
“Las condensaciones intersticiales que se produzcan en
los cerramientos y particiones interiores que componen la
envolvente térmica del edificio serán tales que no
produzcan una merma significativa en sus prestaciones
térmicas o supongan un riesgo de degradación o
pérdida de su vida útil. Además, la máxima
condensación acumulada en cada periodo anual no
será superior a la cantidad de evaporación posible en el
mismo periodo.”
Y particularmente para el aislamiento térmico,
el Apartado 3.2.3.2 dice:
“En caso de que se produzcan condensaciones
intersticiales en una capa distinta a la de aislamiento, se
deberá comprobar que la cantidad de agua
condensada en cada periodo anual no sea superior a la
cantidad de agua evaporada posible en el mismo
periodo [...].”
“Salvo expresa justificación en el proyecto, se considerará
nula la cantidad de agua condensada admisible en los
materiales aislantes”.
Y esto se fundamenta en que un aislamiento
térmico húmedo en invierno cumplirá peor su
función de evitar las pérdidas de calor, aún
cuando en verano se elimine la humedad.
Además un aislamiento térmico húmedo
también aumenta de peso, con el
consiguiente riesgo de deterioro por
desprendimientos o descuelgues. Y a medida
que el material aislante se humedece pierde
capacidad aislante, con lo que la cantidad
de agua condensada aumenta cada vez
más agravando el problema.
Comportamiento del
poliuretano espreado
El poliuretano proyectado actúa como una
membrana reguladora de humedad, ya que,
siendo impermeable, es permeable al vapor
de agua. El grado de permeabilidad al vapor
de agua se puede reducir aumentando la
densidad de la espuma. Así en cualquier
condición climática podremos encontrar el
nivel de resistencia al paso de vapor de agua
adecuado para evitar condensaciones y
permitir el máximo flujo de vapor.

Poliuretano espreado: impermeable al
agua y permeable al paso de vapor de agua.
Los valores que caracterizan la resistencia al
vapor de agua son: el factor de resistencia a
la difusión de vapor de agua adimensional
MU (µ), o bien, la resistividad a la difusión del
vapor de agua.
Para el poliuretano espreado para
Impermeabilización y aislamiento térmico, con densidades
comprendidas entre 30 y 60 kg/m³, la
resistencia a la transmisión de vapor de agua
oscila entre 330 y 825 MNs/gm (factor de
resistencia a la difusión de vapor de agua, µ,
entre 60 y 150).
Ejemplo de cálculo de condensaciones en una fachada aislada con Poliuretani espreado.
Al no cruzarse las líneas, no habrá condensación.
|
Composición del cerramiento:
1 = Ladrillo cara vista 115 mm, λ=0.76, µ=10
2 = Poliuretano Proyectado 30 mm, λ=0.028, µ=85
3 = Cámara de aire 20 mm no ventilada
4 = Ladrillo hueco 40 mm, λ=0.49, µ=5
5 = Enlucido yeso 15 mm, λ=0.30, µ=11
Condiciones ambientales:
Exterior Temp. 0ºC, humedad relativa 95%
Interior Temp. 20ºC, humedad relativa 60%
|
Cálculos realizados según el Código Técnico de la Edificación DB-HE1 Apéndice G |
Barreras de vapor
En aquellas aplicaciones en las que haya un
elemento muy resistente al paso de vapor de
agua en la cara fría del cerramiento, existirá
un mayor riesgo de condensaciones dentro
del aislamiento. Esta situación se puede dar
en la espuma de poliuretano al proyectar por
el interior de un cerramiento de chapa
metálica, o al poner sobre la espuma una tela
asfáltica en una cubierta, por ejemplo. En
estos casos, será necesaria la interposición de
una barrera de vapor entre la cara caliente y
la espuma de poliuretano.
Las barreras de vapor más adecuadas son las
barreras in situ, como las emulsiones asfálticas
o bituminosas, ya que son químicamente
compatibles con el poliuretano, y mantienen
las ventajas de adherencia y continuidad de
éste último.
Conclusiones
● El poliuretano espreado, siendo
impermeable al agua, permite
transpirar a la loza.
● En aquellas soluciones
constructivas en las que exista
riesgo de condensación será
necesario interponer una barrera
de vapor in situ para evitar
patologías